La calidad del tomate y su vida de almacén sufren como resultado del uso excesivo de nitrógeno amoniacal. Cuando se aplica nitrógeno nitrogenado (Nitrato de calcio, Nitrato de potasio), el fruto es más firme y más apto para el mercado.
Un altos nivel de calcio en la célula mejora la firmeza del fruto y como resultado se mejoran también las características de transporte y almacenaje. Los tomates destinados a conservas, deben tener paredes gruesos y firmes para poder mantener su forma física durante el proceso de cocción. El pedúnculo debe poder quitarse con facilidad.
La firmeza disminuye al madurar. El uso de calcio minimizará la descomposición de pectinas al mantener unida la matriz péctica, manteniendo así la resistencia de la pared celular. La firmeza del tomate se determina con una carga de presión o una prensa cizalla. Los tomates con una clasificación de Durofel >75 se consederan firmes, de 60 a 70 son blandos y <60 son fláccidos.
La calidad del tomate y su vida de almacén sufren como resultado del uso excesivo de nitrógeno amoniacal. Cuando se aplica nitrógeno nitrogenado (Nitrato de calcio, Nitrato de potasio), el fruto es más firme y más apto para el mercado.
El calcio es importante para mantener una buena estructura y calidad del fruto. El suministro adecuado mejora la firmeza de tomates.
El boro tiene un efecto positivo frente al riesgo de grietas y por lo tanto, mejora las condiciones del producto en el almacén. Cualquier grieta o daño en la piel del tomate produce pérdidas de agua y favorece el ataque de agentes patógenos.