La mayoría de las variedades tienen un CSS óptimo en un estadio en particular de la temporada y suelen estar clasificadas en tempranas, intermedias o tardías.
Recientemente los esfuerzos de mejoramiento genético se han concentrado en desarrollar variedades que maduren tempranamente para maximizar la producción de azúcar desde el inicio del período de cosecha. Este es tradicionalmente un período en el que la caña de azúcar no ha alcanzado su pico de madurez.
La mejor forma de minimizar el efecto de las enfermedades en el cultivo es elegir variedades nuevas con base en su tolerancia o resistencia a una variedad de agentes patógenos.
En los casos en los que los productores necesitan cumplir con diferentes plazos de entrega, es mejor plantar diversas variedades con distintos momentos de maduración a fin de obtener varios momentos de cosecha y maximizar el rendimiento de azúcar a lo largo de toda la temporada.
Las variedades difieren marcadamente en su respuesta a los nutrientes, en particular al nitrógeno. Por lo tanto es importante evaluar sus respuestas en ensayos y de acuerdo con estos resultados, adaptar los programas de fertilización.