Brassicas tienen muy variados hábitos de desarrollo y existen grandes diferencias en los requerimientos nutritivos entre las variedades para producir una unidad de producto; la relación de los nutrientes absorbidos por las plantas, y la cantidad removida del campo al cosechar.
El nivel de esta remoción tiene gran impacto en la nutrición del cultivo siguiente. Es importante tomar esto en cuenta al preparar programas de fertilización en el campo, tanto para las brassicas como otros cultivos que le sigan.
El nitrógeno es fundamental para conseguir altos rendimientos. Las exigencias totales de nitrógeno varían dependiendo de la variedad de brassica, pero oscilan entre 1.6 y 4.7 kg/t de material vegetal total en col china y col de Bruselas, respectivamente. El pico en el consumo de nitrógeno en broccoli ocurre durante la producción intensiva de hojas.
Fósforo se requiere en la fase precoz del desarrollo de la planta para asegurar un buen crecimiento radicular y para impulsar una buena fundación para la producción. El potasio y el calcio se consumen en grandes cantidades, muchas veces a niveles más altos que las de nitrógeno. La demanda más fuerte de potasio ocurre durante la producción intensiva de hojas, pero el requerimiento de la planta no baja tanto como con nitrógeno, como necesita cantidades considerables también durante la maduración y el llenado del producto final.
Magnesio y azufre aumentan la actividad fotosintética que mantiene un buen desarrollo de la planta para poder tener altos rendimientos. En brócoli el consumo de azufre es relativamente alto, y alrededor de 20% se remueve con la cosecha. El magnesio se requiere a niveles más bajos que en otros cultivos, y la remoción está alrededor de 0.1 a 0.3 kg/t, dependiendo de la variedad. Mientras los niveles necesarios de micronutrientes son mucho más bajos, el equilibrio correcto de estos oligoelementos es esencial. Los micronutrientes más importantes que se requiere en cantidades más grandes son hierro, boro, zinc y manganeso.